Entendemos el mundo en su devenir, no en su ser.

Carlo Rovelli 

“El tiempo funciona de manera distinta de como se nos presenta”, escribe Carlo Rovelli en El orden del tiempo, un libro de divulgación que más que intentar explicar de forma general la naturaleza de esta magnitud física, sumerge al lector en discusiones sobre el lenguaje, el calor, el presente, la perspectiva y la distancia. Lo hace tomando elementos comunes de percepción del tiempo y muestra la física que hay o no en esas percepciones: ¿existe el ahora?, ¿son reales el pasado y el futuro?, ¿por qué parece que cambia la velocidad del tiempo?, ¿qué nos dice sobre esto la gravedad? Son algunas de las preguntas por las que pasa Rovelli.

El discurrir del libro permite hacer una abstracción fluida de la forma en la que experimentamos el tiempo; no es una publicación de conceptos estáticos, sino de procesos y cambios que buscan acercarse a la naturaleza de la realidad. Rovelli presenta la ciencia como lo que es: una forma de mirar el mundo que está en constante transformación y de la que poco se puede hablar con absoluta certeza. Lo hace en tres partes, una donde habla de lo que se sabe sobre el tiempo, otra sobre lo que la cuántica tiene para decir y una última centrada en cómo experimentamos el tiempo los seres humanos. 

Tal vez uno de los temas que más se repite en este relato de Rovelli es justo ese que desarrolla en la última parte del libro y que aparece como dato y advertencia: “Inexorablemente, el estudio del tiempo no hace sino remitirnos de nuevo a nuestro mirar”. Y nuestro mirar es el de un cerebro que usa la información del pasado para “predecir” lo que puede ocurrir en el futuro y con esto sobrevivir. El tiempo, entonces, se muestra aquí también como una herramienta, un rasgo de lo humano.

Carlo Rovelli es físico teórico y su trabajo ha sido fundamental en el estudio de la gravedad cuántica de bucles, sin embargo su trabajo divulgativo se va a varios lugares donde la belleza de la ciencia es evidente. Ha escrito sobre cuántica y sobre el tiempo, claro, pero también ha hecho textos divulgativos sobre temas básicos de física, agujeros blancos y Anaximandro. Su lenguaje es común y expansivo; en el caso de El orden del tiempo, a la par que muestra con datos duros cómo la física concibe lo concibe, reconoce que la literatura y el relato místico tiene mucho para contarnos. Su divulgación es humanista y vinculante: teje entre disciplinas. 

El orden del tiempo

Carlo Rovelli

Editorial Anagrama 

184 páginas