
Ausentes, estrellas presentes: la memoria que guarda el cielo
Por: Laura Vélez Hernández
En la vida pasa a menudo que perdemos el norte. Algunos tienen la fortuna de hacerlo solo una vez. Otros no corren con la misma suerte y muchas veces ese norte queda desdibujado por eventos que marcan un antes y un después, que con frecuencia se ven también un poco borrosos. Pero en el esfuerzo por encontrar de nuevo aquel norte que cambia de sentido muchas veces nos damos cuenta de que, quizás, una de las cosas más hermosas y gratificantes del proceso de intentar reencontrarlo es resignificarlo.
Eso es Ausentes, estrellas presentes. Buscar y encontrar fragmentos de la memoria en todo aquello que lo permita. El cielo, las estrellas, las nebulosas y galaxias que poco han cambiado en el firmamento que podemos ver todas las noches. De alguna manera, estos cuerpos celestes que parecen tan distantes son el recordatorio de que, a pesar de todo lo que ha cambiado aquí sobre la Tierra, aún podemos mirar hacia arriba y comprender que nada ha mutado allá entre el momento en que nuestros seres queridos estaban a nuestro lado y hoy; y es ahí donde siempre nos podremos encontrar.
Sin importar la cantidad de veces que esta actividad se repita, todas las personas buscadoras le dan acepción al corazón de su causa: Somos memorias vivas.
No es solo una fuente de dolor sino también un empujón para seguir adelante, para seguir luchando por aquella chispa de amor, de nostalgia, de frustración que le da sentido a todo, que les permite impulsar, crear y buscar las fuerzas para seguir de pie trabajando por sus convicciones. Ausentes, estrellas presentes busca la vida, pero también crea nuevas formas de existir.
Ausentes, estrellas presentes es un proceso de memoria que, desde hace cinco años, reúne a organizaciones de familiares de víctimas de desaparición forzada, al Centro de Memoria, Paz y Reconciliación y al Planetario de Bogotá para transformar el cielo en un territorio simbólico de dignidad y resistencia. Gracias al trabajo conjunto de todos los participantes, y quienes acompañan el proceso, el domo del Planetario se convierte cada año en un espacio donde la ciencia, el arte y la búsqueda se entrelazan para mantener viva la presencia de quienes siguen siendo buscados.
Este acto de aprender sobre todos los cuerpos celestes y darles un nuevo significado desde nuestra perspectiva en la superficie terrestre no implica reemplazar aquello que ya no vemos o no tenemos. Es más una intención de acomodar la luz que significa cada persona en un nuevo lugar, con un nuevo hogar que jamás podrá ser arrebatado. Nombrar una ausencia, encender una estrella, construir una constelación son formas de inmortalizar la memoria en algo que nunca cambia: el firmamento.
“Te buscaremos hasta las estrellas”, gritan las pancartas de las familias buscadoras, sabiendo que en ellas ya habita una parte de quienes faltan. Porque en las estrellas no se olvida y porque el cielo guarda memorias vivas que nosotros mismos decidimos plasmar él. Y porque, a millones de años luz, las estrellas nos siguen viendo de la misma manera, siguen viendo lo que fuimos.
Organizaciones participantes:
Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (ASFADDES)
Corporación Fondo de Solidaridad con los Jueces
Colombianos (FASOL)
Fundación Nydia Erika Bautista (FNEB)
Hijos e hijas por la memoria y contra la impunidad
Madres de los Falsos Positivos de Soacha (MAFAPO)
Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado (MOVICE)
Familiares de los Desaparecidos del Palacio de Justicia
Colectivo 82
Fundación Hasta Encontrarlos
Corporación Mujer Sigue mis Pasos
Fundación Fair Leonardo Porras
Desaparecidos.com
Vuelve pronto
Colectivo Justicia por Dubán
Corporación Reencuentros
Colectivo Socio Jurídico Orlando Fals Borda
Otros familiares que no hacen parte de organizaciones
Fotografía: Lázaro Rivera
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