Inteligencia artificial: guía para seres pensantes
Si unas mentes como las suyas, de infinita sutileza y complejidad y hondura emocional, se pudieran trivializar mediante un pequeño chip, se destruiría mi idea de lo que es la humanidad
Douglas Hofstadter
Tal vez debería haber un nombre algo más conversado y generalmente aceptado para esos libros de divulgación que son primeros pasos. Esos que son los que escoge un lector al cual le surge un interés del que poco o nada conoce y quiere primero la literatura básica, el abc, las palabras y las explicaciones sin las que sería muy difícil avanzar más. El Universo de Isaac Asimov sería un ejemplo para alguien que quiera empezar a pensar el espacio o Las siete breves lecciones de física de Carlo Rovelli sería un comienzo para quienes busquen brochazos sobre la teoría de la relatividad, la mecánica cuántica, la arquitectura del universo, las partículas elementales, la gravedad cuántica, los agujeros negros y la naturaleza del tiempo. Inteligencia artificial: guía para seres pensantes es un libro así, un primer escalón para iniciar la mirada en esa tecnología general ya inevitable.
Melanie Mitchell es una científica que ha enseñado Complejidad en el Instituto Santa Fe y en la Universidad Estatal de Portland. Se ha enfocado en el razonamiento analógico, los sistemas complejos, los algoritmos genéticos y los autómatas celulares sobre los que tiene publicaciones científicas y libros divulgativos. En Inteligencia artificial: guía para seres pensantes decidió contar la historia de cómo llegó a esa disciplina y a partir de ahí despiezar la narración y la técnica de esta tecnología. Este libro no se detiene solo a explicar conceptos, aunque sí lo hace de manera simple a través de ejemplos concretos, sino que se detiene también en los (más) hombres y (menos) mujeres que la hicieron posible y los hitos históricos que revelan cómo llegamos aquí.
Allí se habla de redes neuronales y el aprendizaje automatizado, de los primeros programas que mostraron huellas de inteligencia artificial (IA), de la ética compleja sobre la que aún queda mucho por discutir, de cómo el juego potencia y sirve como medidor de la IA, del lenguaje y de cómo los destellos de brillantez de una disciplina científica sólo son posibles si son casos de buena prensa y por lo tanto de buena financiación. Cada uno de estos temas deja una pregunta que es, tal vez, la idea central: ¿qué nos dice la inteligencia artificial sobre nuestra humanidad?
Cada algoritmo y cada concepto dentro de esta ciencia computacional busca acercarse al tipo de inteligencia que tenemos los seres humanos que es intuitiva, creativa, sutil. Esto significa que mientras más avancemos como humanidad en el desarrollo y entendimiento de la IA, tal vez más comprenderemos lo que significa ser humano. En uno de los primeros capítulos del libro, Mitchell narra una sensación que el científico y filósofo Douglas Hofstadter tuvo sobre esta tecnología: “Lo que le aterraba era que la inteligencia, la creatividad, las emociones e incluso la propia conciencia fueran demasiado fáciles de crear, que los aspectos de la humanidad que más valiosos le parecían acabaran siendo una mera ‘serie de trucos’, que un conjunto superficial de algoritmos de fuerza bruta pudiera explicar el espíritu humano”. No lo sabemos aún, si comprender y emular las formas de nuestra inteligencia es suficiente para que un gesto humano emerja, pero cada vez estamos más cerca de averiguarlo.
Inteligencia artificial: guía para seres pensantes
Melanie Mitchell
Capitán Swing
368 páginas