Orbital
Nunca está seguro de si la lujuria del hombre por el espacio es curiosidad o ingratitud. Si este extraño anhelo caliente lo convierte en un héroe o en un idiota. Sin duda, algo poco menos que cualquiera de las dos.
Samantha Harvey
La ficción se ha encargado de pintar mundos maravillosos posibles sólo en la imaginación, pero lo suficientemente fértiles como para impactar la ciencia y la tecnología. También, nos ha permitido pensar cómo se siente y cómo se vive en entornos que están reservados para pocos. Ese es el caso de Orbital, la última novela de la escritora británica Samantha Harvey que nos lleva a una estación espacial habitada por astronautas y cosmonautas que están orbitando alrededor de la Tierra mientras la estudian, la piensan y la contemplan.
Es un libro introspectivo, lleno de los pensamientos de los tripulantes que viven en ese lugar común en el aparente vacío del universo, pero que encuentran diferencias en sus historias, sus contextos terrestres y las pulsiones que los llevaron a llegar hasta allá. Sus cotidianidades nos muestran cómo es estar separados solo por una cápsula de metal de la oscuridad, el silencio y la letalidad del espacio, dejando expuesta y clara la inescapable humanidad de seres que sacrifican la salud, los vínculos, el tiempo y el aire para entender un poco más lo que nos rodea.
La contemplación constante que hacen de la Tierra, lejos de ser precisa y definitiva, es móvil y deja ver la alta complejidad que tiene este planeta y lo difícil que es contenerlo en palabras, en mirada y en concepto. “Probablemente sea un pensamiento infantil, pero tiene la idea de que si pudieras alejarte lo suficiente de la Tierra serías capaz por fin de entenderla, de verla con tus propios ojos como un objeto, un pequeño punto azul, una cosa cósmica y misteriosa. No para comprender su misterio, sino para comprender qué es el misterio. Verla como un enjambre matemático. Ver cómo se desvanece su solidez”, escribe Harvey.
Cada personaje tiene una labor que varía entre monitorear microbios, músculos y raíces, cultivar cristales de proteínas y analizar cómo se afecta el cerebro por la gravedad; además se ocupan de ejercitarse, de mantener en orden la estación, de alimentarse, de asearse y de pensar qué les dice la experiencia que están teniendo y cómo parece estar dictada por su pasado.
Así Orbital, además de establecer una narrativa sobre el espacio y lo que significa estar allí, nos habla de soledad, de la idea de infinito, del viaje, del retorno y de la pérdida. Es un retrato de cómo la tecnología expande la mente y la emoción, y cómo rodear la Tierra una y otra vez cambia para siempre todo lo que imaginábamos sobre ella.
Orbital
Samantha Harvey
Editorial Jonathan Cape
144 páginas