La fiebre del heno
Y entonces, cuando uno ha vuelto a acostumbrarse a la fuerza de gravedad de la Tierra, la ausencia de gravedad del espacio es como un sueño por el que siempre se siente nostalgia. No servimos para el cosmos, y precisamente por eso jamás renunciaremos a él.
Stanislaw Lem
Parece una historia errática pero no lo es. Confunde, porque se hace increíble que alguien dedique un libro a muertes que se conectan de alguna manera con la calvicie, los baños sulfurosos napolitanos, el Ritalin y las almendras. Confunde más cuando a esto se le suma un protagonista astronauta alérgico que es a la vez detective y víctima y que sobrevive a atentados de bomba en un aeropuerto en Roma y a la ansiedad de sentirse perseguido.
Esta es una novela entre la ciencia ficción y el género policiaco que sorprende en su estructura porque no hay un camino de encuentros y aciertos como suele haber en las novelas con un misterio por resolver, sino que es más una concatenación de opciones y probabilidades. El juego que nos plantea el escritor polaco Stanislaw Lem en La fiebre del heno, entonces, no es el de descubrir qué pasó, sino en maravillarse con las múltiples opciones que se van presentando a medida que el relato se va develando.
En este universo, además, ya no es tan excepcional ir al espacio –como lo es hoy– y los astronautas, como si fueran soldados desertores deben acoger oficios alternos para sobrevivir. Este astronauta en particular se entregó a seguir el rastro de unos aparentes crímenes y en la narración se revela su carácter, “para ser un astronauta tiene usted demasiada vida interior”, escribe Lem. En medio de su tránsito de sabueso el protagonista hace pequeñas introspecciones donde habla de cómo el cuerpo se resiste a habitar el espacio, de la terquedad humana por aún así querer conquistar otros planetas, del trabajo que se superpone al anhelo y de lo que significa realmente entregar la vida por las hazañas que son “un pequeño paso para el hombre pero un gran paso para la humanidad”.
Esta historia singular y las consideraciones de este personaje atípico se unen para crear este libro que se muestra, solo hasta el final, como una narración sobre la casualidad, el destino y los sucesos que inevitablemente van a suceder aún con la verosimilitud y la normalidad en contra.
La fiebre del heno
Stanislaw Lem
Editorial Impedimenta
224 págs.