Reseña
andrea.uribe

Helgoland

Lo que describe la teoría cuántica es el modo en el que una parte de la naturaleza se manifiesta a otra parte de la naturaleza.

En 1925 el físico alemán Werner Heisenberg tenía 23 años. En el verano de ese año decidió ir a Helgoland, una isla del Mar del Norte a 70 kilómetros de la costa alemana, a pasar tiempo a solas a merced del viento. La idea sobre la que quería cavilar era la posible estructura matemática de la mecánica cuántica. El libro Helgoland no es sobre la estadía de Heisenberg en esa isla, pero Carlo Rovelli usa esta circunstancia para empezar a contar una historia de ciencia: la que narra los trazos de la teoría cuántica. 

Helgoland es un libro de divulgación que no se encarga únicamente de exponer esta teoría trascendental y enigmática que nos rige parcialmente como humanidad y que sin duda ha cambiado el curso de nuestro pensamiento; sino que además de intentar explicar lo poco que sabemos sobre la existencia de los cuantos, cuenta la historia científica y táctil que ha hecho posible esa comprensión limitada, hace un recuento de sus protagonistas y también lleva por los hitos –conflictivos– de cuando hemos llevado esta teoría a la acción. 

Carlo Rovelli es físico teórico enfocado en la gravedad cuántica y desde esa esquina escribe. En este libro convoca a Erwin Schrödinger, Aleksandr Bogdánov, Albert Einstein, Niels Bohr y otros para poder ser claro y total, para que todas esas voces ayuden al lector a hacerse una imagen de esta pregunta física. Además, en apariencia se aleja de la ciencia para ubicar la teoría cuántica en campos filosóficos y literarios –de pensamientos occidentales y orientales– que hacen el problema más cercano y que ejemplifican la dimensión y el impacto de este conocimiento.

Uno de los temas sobre los que se detiene más Rovelli es el de la perspectiva relacional. “Los objetos se caracterizan por la forma en que interactúan. Si hubiera un objeto sin interacciones, que no influyera en nada, no actuara sobre nada, no emitiera luz, no atrajera, no repeliera, no se dejara tocar, no oliera... sería como si no existiera.”, escribe, aclarando que solo en tanto somos impactados por otros y a la vez impactamos a otros, existimos. Entre perspectivas somos posibles.  

¿Qué nos dice la teoría cuántica donde no hay nadie que observe?, se pregunta Rovelli y la respuesta es nada. Quien se enfrente a este libro, es porque quiere empezar un camino de preguntas y de cambio de mirada. Es un gran primer texto para dejarse impactar por la complejidad del recorrido de un fotón y de quien tenga el coraje de pararse en frente de un desorden que explica y aclara solo en su propio lenguaje.

Helgoland 
Carlo Rovelli
216 páginas
Anagrama 

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