Reseña
andrea.uribe

La vida de las abejas

La abeja es, ante todo, y aún más que la hormiga, un ser de multitud. No puede vivir sino en aglomeración. (...) Aislada, provista de víveres abundantes y en la temperatura más favorable, expira al cabo de algunos días, no de hambre ni de frío, sino de soledad.

Maurice Maeterlinck 

 

Estudiar a las abejas no es una tarea invariable. Quien quiera dedicarse a mirarlas y develar sus comportamientos estará enfrentado a los múltiples oficios, a las diferencias esenciales entre una reina y las obreras y al misterio; cada vistazo arrojará una escena distinta. Verá nodrizas cuidando a las larvas y a las ninfas, verá escultoras que hacen la cadena y construyen los panales, verá a las recolectoras que buscan el polen, a las barrenderas que conservan la limpieza de las calles y las plazas públicas del panal, a las amazonas que velan por la seguridad del umbral y controlan a las que salen y entran. Verá también a la reina ser atendida en la oscuridad de la colmena.

Maurice Maeterlinck, el ensayista y dramaturgo Belga, sentía una fascinación por las abejas y encontró en ellas un lugar plagado de metáforas. Sus observaciones juiciosas están consignadas en el libro La vida de las abejas publicado por primera vez en 1901 y además de narrar los tránsitos indelebles y la ocupación, hace símiles ingeniosos sobre las abejas y el pensamiento humano. Lo que más sorprende es su paciencia y la certeza con la que hizo esta investigación: que no solo debía consignar lo que ocurría con ellas, sino transformar su mirada para entenderlas mejor. “Sucede con ellas lo que con todas las realidades profundas. Hay que aprender a observarlas”, escribió.

El tono de este libro es un entramado entre la poesía, el ensayo y la ciencia. No hay imprecisiones, pero sí libertades: la de contar con las palabras de la cotidianidad y no las de la academia y la de darle la misma importancia a sus observaciones que a las de los entomólogos. 

Quien se quiera dedicar a mirar a las abejas no verá una sola cosa y será quietud, y eso es lo que cuenta este libro. El movimiento de las abejas y su andar poseídas por el deber las convierte en seres dinámicos. Sus movimientos, claro, son precisos y responden siempre a la red que se forma para que sea posible la miel, la reproducción, la creación de la colmena y finalmente, la vida. 

 

La vida de las abejas
Maurice Maeterlinck 
Taller de Edición Rocca 
326 páginas 

Más artículos

Noticia

Esta es la programación del Día del Orgullo Geek

Noticia

Colombia celebra los 100 años de los planetarios

Reseña

Helgoland

Reseña

Una ballena es un país

Reseña

Tras las huellas del jaguar azul

Noticia

La Misión Quynza del Planetario aterriza en Ciudad Bolívar

Reseña

Reptiles fósiles de Colombia

Noticia

Programación: Semana de la inclusión del Planetario de Bogotá

Reseña

Animales invisibles: mito, vida y extinción 

Reseña

La vida de las hormigas